Una conversación con Aníbal Rodríguez rojas
El empresario huilense que fue secuestrado habla de la importancia del reconocimiento del flagelo del secuestro por parte de firmantes del Acuerdo.
El empresario huilense que fue secuestrado habla de la importancia del reconocimiento del flagelo del secuestro por parte de firmantes del Acuerdo.
Tras el asesinato de su esposo José Eduin Legarda, el 16 de diciembre de 2008, la lideresa indígena Aída Quilcué Vivas enfrentó la lucha por la verdad sobre los responsables del hecho y la consiguió, durante el proceso penal en el que fueron condenados un sargento viceprimero, un cabo tercero y cuatro soldados del batallón José Hilario López de Popayán.
En Colombia, la violencia antisindical tiene cifras aterradoras: 2.932 asesinatos ocurrieron desde 1986 hasta 2016; además de 5.915 amenazas y 298 atentados. María Victoria Jiménez Salazar es el rostro de esa estadística. Es sobreviviente de un intento de homicidio en el que le propinaron diversas heridas con arma blanca que le afectaron su rostro y otras partes de su cuerpo.
Pastora Mira García sufrió el asesinato de su padre, de su primer esposo y de dos de sus hijos. A pesar del dolor, su proyecto de vida se centra en la reconciliación, el perdón y la búsqueda de la Verdad.
«Las humillaciones son ataques a la dignidad, y un potente método para quebrarte. Lo más cruel de todo es la planificación que eso supone».
¿Cuáles fueron los principales impactos del conflicto armado en las zonas rurales y sus consecuencias para el país y la población campesina? ¿Cuáles son los procesos institucionales necesarios para la No Repetición?
Las comisionadas de Colombia y Perú, Alejandra Miller y Sofía Macher, conversan sobre el enfoque de género en la búsqueda de una verdad completa del conflicto armado y acerca de cómo esta es una oportunidad histórica de romper los silencios que guardan Mujeres y personas LGBTIQ+ afectadas de manera diferencial en las guerras.
La discapacidad en el marco del conflicto armado es uno de los temas más desconocidos. Atentados, minas y otros artefactos explosivos han generado al menos 250.000 víctimas, según datos de la Unidad para Atención y Reparación Integral para las Víctimas, con corte al 31 de octubre de 2020.
El secuestro es un crimen contra la libertad y la dignidad humanas, uno de los dolores más profundos de la historia del conflicto armado colombiano. Fue una práctica generalizada, sistemática y atroz cometida por diferentes grupos armados ilegales y afectó directamente a más de 37.000 personas.
La tierra como territorio colectivo, la soberanía alimentaria, la autonomía en la escuela, la memoria histórica, el apoyo del voluntariado y el apoyo internacional, han sido algunas estrategias de sostenibilidad de esta comunidad de paz en el Urabá antioqueño.